Desde hacía días preparaba este artículo que os traigo hoy hasta nuestro blog. Entre otras cosas, dejándome llevar un poco por la nostalgia y a la vez por haber sido el propietario de un Opel Kadett GSi 2.0 litros 8 válvulas a mis 19 años con el carnet recién sacado.
Esto demuestra dos cosas. Primero y lo más importante, mi pasión por los coches desde que era un crío y por lo que este kadett ya era un coche fetiche para mí y para muchos chavales de mi edad en aquella época.
Por otro y no menos importante, la fe depositada de mi madre en mi al escucharme decir el coche que iba a comprar con mis ahorros y no denegármelo de una manera automática, aunque esto es otra historia…

Lo importante aquí es el coche y lo que está claro, es que el Kadett a pesar de su mala fama en algunos aspectos, un poco infundada por nuestra cultura de exagerar las cosas y la costumbre de generar leyendas urbanas, el compacto alemán, fue un bombazo mediático y un super ventas a lo largo de los 7 años que se mantuvo en el mercado.
El Opel Kadett GSi represento desde su llegada, el rival a batir en cuanto a prestaciones se refiere
Presentado en el prestigioso salón de París de 1984, venía para sustituir al kadett D. La puesta en escena no pudo ser mejor y las cifras su carta de recomendación. Porque el primer GSI, con un motor de 1.8 litros y 115 cv, era capaz de superar los 200 km/h, algo inédito hasta ese momento en un vehículo de calle por debajo de los 2 litros de cubicaje.
En esta primera versión, el nuevo kadett se postulaba como el nuevo compacto deportivo a tener como referencia. En carrocería únicamente de 3 puertas y con un equipamiento bastante parco, las prestaciones eran su mayor virtud.

En la primera toma de contacto, los probadores y periodistas de la época, ya lo catalogan como difícil de controlar en conducción deportiva. Una dirección demasiado sensible y un tren posterior que no conseguía ser lo suficientemente rígido, para poder gestionar la potencia que se generaba en la parte delantera.
Aun con todo, tal fue el éxito del coche en su llegada al mercado, que en 1985 fue nombrado mejor coche de Europa, algo que por lo general siempre se reservaba a otro tipo de vehículos más racionales, pero que dado el compendio del nuevo GSI lo hacían un coche muy utilizable y a la vez con ese toque deportivo. Con un maletero de 390 litro y portón trasero, el volumen era más que suficiente para un vehículo de su segmento. De hecho en las sucesivas versiones, incluso se incorporó el asiento trasero abatible en dos partes, para poder generar aún más volumen de carga si se precisaba.
Un año más tarde, se incluye dentro de la gama el GSI de 5 puertas. También ese mismo año, la marca alemana presenta un nuevo motor, aun mejor que el 1.8. Esta vez un 2 litros de 8 válvulas, venía a ser nuevamente el que marcará el ritmo del GSI. Con 130 cv y 206 km/h de velocidad punta, se quedaba sin rivales en la categoría en este apartado.

El tren trasero seguía siendo su talón de Aquiles, aunque eso no representaba ningún problema para los compradores del GSI. La versión más deportiva del Kadett, contaba con más del 20% de las ventas totales del modelo, algo impensable en los días que vivimos hoy. El Golf de Volkswagen seguía siendo su competidor más directo. El buen hacer de este, se contradecía con la filosofía del Kadett, mucho más enérgico y peleón.
Otro año tuvo que pasar, para que llegara la versión de 16 válvulas y 156 cv de potencia con culata diseñada en colaboración con Cosworth. Si el 8 válvulas era enérgico, el de 16 era simplemente un atleta a pleno pulmón. Y es que los datos son demoledores e incluso asombros en determinadas pruebas o comparaciones.
Con un motor portentoso el GSi de 16 válvulas, conseguía batir a rivales de renombre en aceleraciones y recuperaciones
Un ejemplo de ello eran sus recuperaciones. Saliendo desde 50 km/h en 4ª recorría los 1.000 metros más rápido que un M3 e30. Si con esto no es bastante, también era capaz de batir a este y a un “tal 911”, pasando de 80 a 140 km/h en los 1.000 metros. Quedan claros los argumentos y de lo que era capaz.

Para rematar la jugada maestra, Opel tenía un coche que además de prestacional, conseguía hacer unos consumos a velocidades legales muy ajustados. Buena parte de ello, era gracias a lo acertado del escalonamiento del cambio, el poco peso del conjunto y una aerodinámica increíblemente eficaz de 0,30 cx. Por otro lado sus neumáticos de sección 185 mm, criticados hasta la saciedad por la prensa del momento por ser insuficientes, le otorgaban aún menos resistencia.
Ese mismo año también se presenta la variante cabrio firmada por el carrocero Bertone. Esta versión nunca fue del gusto de los clientes de la marca, aunque si bien es cierto, que con los años, se ha ido ganado el cariño de estos y en la actualidad empiezan a subir las cotizaciones por esta variante.

Así llegamos a 1989, donde el kadett GSI se somete a una profunda revisión, en la que se incorpora un nuevo interior, volante, marcador analógico y extras como los elevalunas, cierre centralizado, espejos eléctricos o la opción sin coste de instalarle el marcador digital. Lo curioso es que en el 8 válvulas, ese mismo marcador seguía siendo el de serie. Como opciones, el ABS, la dirección asistida o el techo solar, estaban a disposición del cliente.
En versiones de 3 y 5 puertas ademas de cabrio, el Opel Kadett GSi estaba preparado para cubrir todas las exigencias de sus futuros propietarios
Respecto al motor, la potencia se rebaja a 150 cv, en algunos países incluso se cataliza, aunque no fue en el caso de España. Un año más tarde y con llegada de nuevos actores sedientos de batalla, como el Golf G60 o el 309 GTI de 160 cv, Opel empieza a pensar en el reemplazo del Kadett GSI, ese que tanto le había dado en los últimos años. Para despedirse a lo grande, crea una versión edición especial, denominada champion, con asientos Recaro en piel, llantas específicas de 15 pulgadas y con solo 200 unidades para nuestro país. Aquí coloquialmente se le denominaba GSI de tres banderas.

En 1991 la marca decide cesar la fabricación de su compacto más vendido hasta el momento. Atrás quedan las leyendas de los Kadett de 167 cv ediciones especiales, o similares, aunque si es cierto que existió una versión en exclusiva para Sudáfrica de 170 cv, denominada Super Boss y del que según diversas fuentes, solo se fabricaron 500 unidades.
A día de hoy el GSI se ha vuelto coche de culto para los más quemados de la marca. Atrás quedo la época en la que era objeto del tunning del más dudoso gusto o protagonista en polígonos y discotecas de renombre de nuestro levante español. Ahora ha pasado a mejor vida y si puedes hacerte con uno, disfrutaras de un coche divertido y eficaz a poco que se mejore un poco sus partes dinámicas.
Fuentes para datos tecnicos:
Wikipedia.
Documentos del motor.