Hace unos días tuve la oportunidad de hacer unos 200 kilómetros a los mandos de una Honda VF 700 Súper Magna del año 87. Aclarar que es una moto con casi 30 años, un solo disco delantero y tambor atrás. No hay ni horquilla invertida ni nada por el estilo. Eso sí, su motor de casi 90 caballos es una delicia y «arrea» lo suficiente como para poner en evidencia a casi cualquier chopper moderna.
El caso es que pude rodar por autovía, carretera convencional y puerto de montaña con ella a lo largo del recorrido. Cierto es, que se echa en falta un equipo de frenado más potente y más cuando este modelo en cuestión monta el magnífico motor v4 de honda capaz de alcanzar unas más que considerables prestaciones. Pero a lo largo del trayecto como si del «run run» del v4 se tratara, en mi cabeza venía haciéndome una pregunta…¿ Hace falta realmente tanta tecnología, para disfrutar de una moto ?.

Las motocicletas actuales han evolucionado de manera exponencial, la pregunta es si esa evolución es o no positiva a nivel disfrute
Hace bastante tiempo que vengo dándoles vueltas a esta cuestión, de hasta qué punto esta evolución en las nuevas motocicletas es positiva. Que no se me mal interprete. No digo que mejorar una moto con nuevas medidas de seguridad, a base de tecnología, sea negativo. Mi crítica más bien, va dirigida al intrusismo que muchos de esos sistemas hacen de la conducción, una actividad que se ha convertido demasiado racional y carente de las emociones de antaño.

Desde hace más o menos un lustro, vemos como sobre todo en motocicletas de alta cilindrada, este tipo de sistemas se han ido implantando poco a poco, haciendo de estas prácticamente unas réplicas de las motos de la más alta competición. Sistemas como el control de tracción, el anti-wheelie, ABS, medidor en grados de la inclinación…etc.
Así que yo me pregunto ¿ Es necesario todo esto, para disfrutar de una buena motocicleta?. Mi meditada respuesta es no. Primeramente y si nos ceñimos a lo meramente económico, las motocicletas de nueva hornada se han encarecido de una manera sustancial. Yo entiendo que toda esa inversión en I+D hay que pagarla, pero la cuestión a todo esto es…¿ Queremos pagarla ?.

ABS, control de tracción, anti-wheelie…montones de controles para mejorar nuestra vida a bordo ¿ Son necesarios ?
Quiero aclarar antes de seguir que ni siquiera tengo 35 años, por lo que no creáis que hablo desde la nostalgia de una persona de edad avanzada, que añora aquellos hierros de tiempos pasados, en los que para frenar había que echar los pies al suelo. Dicho esto, también dejar claro que adoro también aquellas motos pesadas y carentes de tecnología, pero que hay que ser práctico y tener en cuenta lo que se necesita para ir a gusto encima de una montura de dos ruedas.

Hecha la aclaración, supongo que os preguntaréis ¿ Pues qué coño necesitas tú para ir en moto ?. La cuestión no es lo que necesito materialmente, es más una necesidad emocional. Si me subo encima de una de las magníficas máquinas que pueblan nuestras carreteras actualmente y noto que todo lo hace la moto y que el trabajo que debe realizar el piloto es prácticamente nulo, es cuando sinceramente creo que se ha acabado el disfrute.
Quizás me haya criado en la época, que bajo mi punto de vista, ha sido la mejor de la historia, en cuanto a creación de motocicletas se refiere. Desde finales de los ochenta hasta principios del siglo XXI, es bajo mi humilde criterio, el periodo de tiempo en el que se han creado las motos más especiales y sobre todo con alma. Además de evolucionar hasta el punto idóneo, para hacerlas cómodas en conducción sin interferir en la misma.

Esa incorporación de nuevas tecnologías ha encarecido sustancialmente los precios de las motocicletas de nueva hornada, haciéndolas menos accesibles para el público
A la vez también se logró llegar al punto justo de dinamismo, tamaño y prestaciones. Porque no me negaréis, que hoy en día, ver una deportiva de 600 cc o una de 1000 es prácticamente lo mismo, si no miramos detalles minúsculos de sus escuálidas siluetas, en los que podemos adivinar ante qué modelo estamos. No sé si esto es bueno o malo, yo simplemente no soy partidario de ello.
Recuerdo ser un crío y ver llegar a los jovenzuelos de mi pueblo con 18 o 20 años con aquellas fantásticas cbr 600, fzr 1000, zzr 1100, etc…Años después algunos de ellos cambiaron a monturas más modernas, algunas de ellas ya con inyección electrónica, pero eran motos que aún conservaban ese punto pasional, que hoy en día es difícil encontrar entre las recién llegadas al sector.

Quizás me esté haciendo mayor y no quiera verlo. Quizás tan solo sea un romántico de los que cree honestamente que no siempre se cumple eso dé :»Cualquier tiempo pasado fue peor». En valores numéricos, las nuevas motocicletas son mejores, de eso no cabe duda. Si la misma medición se hace con el corazón, para mi no hay color. No necesito todos esos controles y tecnologías para disfrutar un domingo de mí carretera de curvas favorita. ¿Qué sería más sencillo hacer esa ruta con una de las nuevas ?…por supuesto. Pero entonces ¿ Dónde quedaría mi parte del trabajo ?.
Sea como sea, disfrutar de vuestras maravillosas máquinas, sean modernas, antiguas o de la «edad del hierro». Porque al final lo que a todos los moteros nos une es esa misma pasión por las dos ruedas en cualquiera que sea su forma, tamaño o sector y esta es simplemente la opinión de uno más. Gas y precaución.