Esta fué la idea con la se gestó la Yamaha VMax en 1984. Una moto para cubrir el cuarto de milla de la manera más rápida que se había podido cronometrar hasta el momento en una moto de producción. Presentada en el salón internacional de Las Vegas en 1984, fue puesta en los concesionarios estadounidenses unos meses después.
El CEO del proyecto Akira Araki, conjunto con la ayuda de los ingenieros Ashihara (diseño de motores) y Kurachi (diseño de chasis), plasmó los trazos que llevarían hasta la nueva motocicleta de la marca nipona y tal fue el éxito cosechado por el modelo que se mantuvo desde 1985 hasta 2007 casi inalterada dentro de su lista de modelos disponibles.

Su motor V4 a 70º de 1198 cc estaba anclado a un chasis de doble cuna fabricado en acero. La suspensión delantera corría a cargo de una horquilla telehidraulica, oleoneumatica, con barras de 40 mm. En la parte trasera un brazo basculante con sendos amortiguadores, hacían el trabajo pertinente. Para poder frenar a este monstruo, se optó por un doble disco de 280 mm y pinza de doble pistón en su tren delantero. Un simple disco de las mismas dimensiones con pinza también de dos pistones conformaban la parte posterior. La transmisión esta vez por cardan y de 5 velocidades, con embrague multidisco en baño aceite. La alimentación corre a cargo de una batería de 4 carburadores Mikuni de 38 mm de paso y la culata con cuatro válvulas por cilindro y refrigeración liquida.
La Yamaha VMax 1200 marcó un antes y después en el mundo de las motocicletas de altas prestaciones
La Yamaha V-Max, con una potencia de 144 cv a la rueda a 8.500 rpm, conseguía unas prestaciones de infarto y hasta ahora inéditas en una moto de su segmento. Con una velocidad punta cercana a los 240 km/h y unas aceleraciones de infarto, la colocaban como la referencia entre las Macho-Bike del momento. Según publicaciones del momento, no había nada matriculable que tuviera el mismo poder de aceleración.

En pruebas comparativas con el que en ese tiempo era el deportivo del momento, el Ferrari F40, dejaban en evidencia el poderío de la VMax. Los datos oficiales del F40 eran una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,82 s, frente a los 2,94 s de nuestra protagonista. De 0 a 200 km/h en 13,22 s para el italiano, por los 13,11 s de la nipona. Lo mismo ocurría si nos centramos en metros recorridos. De 0 a 400 m el F40 tardaba en recorrerlos 12,36 s, mientras que la Yamaha lo hacía en 11,17 s. Por ultimo en un tramo de 1.000 m, el deportivo de Ferrari necesitaba 23,25 s para cubrir la distancia y la VMax se conformaba con 21,69 s.
La VMax era capaz de acelerar más rápido que cualquier otro vehículo matriculable
Con estos datos tan incontestables como era de esperar, su imagen y credibilidad se vio acrecentada por los forofos de este tipo de motos y pronto Yamaha empezó a recibir llamadas desde Europa, pidiéndole encarecidamente que se llevara a cabo allí también, la distribución de la motocicleta. Al final la marca no tuvo mas remedio que ceder ante las exigencias de sus socios en el viejo continente.

El mayor problema era la limitación de potencia a la que se enfrentaba la Yamaha dadas las restricciones comunitarias que se vivían en ese momento y por el que tuvo que reconfigurar su motor, suprimiendo su sistema Vboost, el mismo que lograba que el insulso motor que se montaba en otros modelos de la marca y rendía 90 cv, subiera su potencia hasta los 145 cv. Después de los retoques mencionados, se empezó a servir a los concesionarios europeos con unos modestos 100 cv, que aunque no insuficientes, si que la dejaban sin el poderío característico de su hermana la «Full Power«.
La Yamaha VMax llego a Europa unos años después, pero con su potencia limitada a 100 cv
Entrando en detalles de esta esplendida Macho Bike, podemos mencionar su falso deposito, las dos grandes tomas de aire laterales o su llanta trasera lenticular de 15 pulgadas y calzada con un insuficiente 150/70/15, que como hemos de presuponer, duraba menos que un caramelo en la puerta de un colegio, si nos dedicábamos a disfrutar de las virtudes de la VMax.

El deposito bajo el sillón, para bajar al máximo el centro de gravedad o el tablero de relojes encima de su falso deposito, son otros de los detalles de esta bella americana. Además es también de recibo mencionar a modo de critica, su escueto deposito de 15 litros de combustible, que unido a sus prestaciones y consumos medios de 10 litros, hacían de la autonomista, un concepto poco unido al modelo. Todo ello unido a un peso en seco de 260 kilos, que no ayudaba mucho para mejorar los consumos de esta moto.
A día de hoy tenemos la actual VMax de 1700 cc y 200 cv, que sigue manteniendo la filosofía Macho bike de su antecesora, pero que gracias a las nuevas tecnologías, nada tiene que ver con aquella moto «malota» y peligrosa que ajusticiaba a todo lo que se movía entre semáforo y semáforo. Aquello pasó a la historia y como tal hoy nos queda el recuerdo de la VMax 1200 como algo único y maravilloso en el mundo de las dos ruedas.
Bibliografia: Mensual de » La moto » Agosto de 1991. http://www.vmaxspain.es/historia-vmax.html